Es un método que busca restablecer el equilibrio del sistema nervioso autónomo. Según esta teoría, cualquier irritación o alteración (como cicatrices, infecciones crónicas o traumatismos) puede generar un “campo interferente” que afecta el flujo de energía y las funciones del cuerpo. La procaína actúa neutralizando estos campos interferentes, promoviendo la autorregulación y sanación del organismo.